¡Hola a todos! Me llamo Carlo Bugni y yo
también soy un alumno de
4 I.
Cuando la profesora Ponce nos habló de este
proyecto, yo estaba muy interesado y sin duda y felizmente me apunté para participar
en él. Pero, cuando a la vuelta de nuestro viaje nos pidió que escribiéramos unas
entradas para este blog, empezé a preocuparme un poco: hablar de las emociones
que vivimos con los españoles, la conmoción durante el adiós, etcétera, no es
algo de lo cual puedo hablar con facilidad. En resumen, extrovertido no es mi
segundo nombre.
Por suerte, la profesora me “salvó”,
pidiéndome un comentario sobre la película que vimos durante el cineforum: Cobardes, de José Corbacho y Juan Cruz,
estenada en 2008. Criticar algo es más fácil para mí, aunque no soy ni
lejanamente un experto en cine (y por eso intentaré no hablar demasiado de
elementos técnicos como la fotografía y la actuación).
Antes de empezar, para no hablar más de eso, quiero
correr un tupido velo sobre la banda sonora, seguramente muy juvenil, como la
mayoría de los actores y del público, pero, en mi opinión, demasiado ruidosa y confusa; aunque no puedo hablar de manera
completamente objetiva, porque generalmente odio el rap.
Terminado este breve paréntesis, abro otro
más, diciendo que suelo encontrar con extrema facilidad los argumentos
negativos y con muchas más dificuldades los positivos de cualquier cosa. Las
películas no son una excepción.
Ahora puedo empezar.
El argumento de la película es el acoso
escolar y como la trama se basaba sobre algo tan poco original, la peli
necesitaba una idea extremadamente curiosa e interesante para no aburrir al
auditorio. Los directores y guionistas no la tuvieron y más de una vez mis
compañeros (italianos y españoles) y yo perdimos la atención y preferimos
hablar entre nosotros.
Quiero explicarme mejor: no considero que el
problema del acoso sea algo que no merezca nuestro interés, muy al contrario, es
algo muy grave que todos tenemos que combatir. Simplemente, creo que un
director podría luchar contra esto con algo más llamativo que una película
igual a muchas otras.
Única cosa positiva son algunas bromas que
levantan un poco la moral (como la de la profesora que se convierte en ganadera
por la desesperación), pero como la película es basicamente dramática, estas no
tienen mucho espacio.
Pero quiero explicar más en detalle por
qué Cobardes
fue capaz de aburrirme con impresionante facilidad:
ü La
fotografía, de la cual no hablo mucho como he prometido, no es maravillosa:
muchas escenas son de lucha y de persecución del pobre acosado y parecen muy confusas.
También muchos primeros planos de los actores no especialmente maravillosos dejan
mucho que desear: quizás hubiera sido mejor algunos planos un poco más generales;
ü Los
actores, como ya he dicho, no eran excepcionales, pero es verdad que la mayoría
eran muy jovenes e inexpertos;
ü La
trama es simple y lineal y un poco repetitiva: el chico sufre acoso, vuelve a
casa, no lo cuenta, vuelva a la escuela, sufre acoso y vuelve a casa (con
algunas paradas en la pizzería). Nada de entusiasmante. Además, algunos
recursos empleados por el protagonista para convencer a su novia de que grabe un
vídeo en el cual casi acaba muerto por los acosadores, o a su madre que no se
preocupe por su cara hichada, parecen un poco ridÍculos. Los directores
tuvieron otras ideas geniales, pero prefiero hablar de ellas en el siguiente apartado;
ü La
trama se basa, fundamentalmente, en prejucios y clichés:
- el protagonista es acosado porqué tiene el pelo rojo y por eso es llamado “zanahoria”;
- el acosador es el mejor en todo, amado por los profesores y por sus padres (y por la mujer que limpia su casa) y nadie podría creer que es un tío violento;
- el padre del acosado es acosado también por su jefe, mientras el del acosador tiene una gran influencia política. Por así decirlo: de tal palo tal astilla;
- el pizzero es italiano y naturalmente del sur y vulgar, pero no solo eso; sino también es un fervoroso creyente, un gran seguidor de Maradona y, ¿por qué no?, además un mafioso.
Creo
que he dicho más o menos todo y seguramente sería superfluo decir que la
película no me ha gustado en absoluto.
Pero todavía tengo una pregunta: ¿Es posible
luchar contro algo, como el bullying, tras repetir miliones de veces la misma
cosa, empleando la misma trama en libros, películas, etcétera, hasta volver
locos a los acosadores, o es más efectivo, siempre hablando de ámbito artístico
y no directamente afectivo como la intervención de padres y profesores, decir
una cosa una sólo vez, pero de manera llamativa y original?
Y una última pregunta relacionada a esta peli
en particular: ¿es posible combatir el bullying, que nace principalmente por
culpa de prejuicios, empleando muchísimos prejuicios más (aunque sin mala
intención)?
Espero que de “todos” los que lean esto, alguno
pueda contestar a mis dudas. Si no, que las preguntas sean consideradas
retóricas y ya está.
Quizás en la próxima entrada hable de mi
experiencia personal con mi compañero Daniel y su encantadora familia...
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