sábado, 21 de febrero de 2015

Carlo Bugni: la película Cobardes

¡Hola a todos! Me llamo Carlo Bugni y yo también soy un alumno de 4 I.
Cuando la profesora Ponce nos habló de este proyecto, yo estaba muy interesado y sin duda y felizmente me apunté para participar en él. Pero, cuando a la vuelta de nuestro viaje nos pidió que escribiéramos unas entradas para este blog, empezé a preocuparme un poco: hablar de las emociones que vivimos con los españoles, la conmoción durante el adiós, etcétera, no es algo de lo cual puedo hablar con facilidad. En resumen, extrovertido no es mi segundo nombre.
Por suerte, la profesora me “salvó”, pidiéndome un comentario sobre la película que vimos durante el cineforum: Cobardes, de José Corbacho y Juan Cruz, estenada en 2008. Criticar algo es más fácil para mí, aunque no soy ni lejanamente un experto en cine (y por eso intentaré no hablar demasiado de elementos técnicos como la fotografía y la actuación).

Antes de empezar, para no hablar más de eso, quiero correr un tupido velo sobre la banda sonora, seguramente muy juvenil, como la mayoría de los actores y del público, pero, en mi opinión, demasiado ruidosa y  confusa; aunque no puedo hablar de manera completamente objetiva, porque generalmente odio el rap.

Terminado este breve paréntesis, abro otro más, diciendo que suelo encontrar con extrema facilidad los argumentos negativos y con muchas más dificuldades los positivos de cualquier cosa. Las películas no son una excepción.
 

Ahora puedo empezar.

El argumento de la película es el acoso escolar y como la trama se basaba sobre algo tan poco original, la peli necesitaba una idea extremadamente curiosa e interesante para no aburrir al auditorio. Los directores y guionistas no la tuvieron y más de una vez mis compañeros (italianos y españoles) y yo perdimos la atención y preferimos hablar entre nosotros.
Quiero explicarme mejor: no considero que el problema del acoso sea algo que no merezca nuestro interés, muy al contrario, es algo muy grave que todos tenemos que combatir. Simplemente, creo que un director podría luchar contra esto con algo más llamativo que una película igual a muchas otras.
Única cosa positiva son algunas bromas que levantan un poco la moral (como la de la profesora que se convierte en ganadera por la desesperación), pero como la película es basicamente dramática, estas no tienen mucho espacio.

Pero quiero explicar más en  detalle  por qué  Cobardes fue capaz de aburrirme con impresionante facilidad:
ü  La fotografía, de la cual no hablo mucho como he prometido, no es maravillosa: muchas escenas son de lucha y de persecución del pobre  acosado y parecen muy confusas. También muchos primeros planos de los actores no especialmente maravillosos dejan mucho que desear: quizás hubiera sido mejor  algunos planos un poco más generales;
ü  Los actores, como ya he dicho, no eran excepcionales, pero es verdad que la mayoría eran muy jovenes  e  inexpertos;
ü  La trama es simple y lineal y un poco repetitiva: el chico sufre acoso, vuelve a casa, no lo cuenta, vuelva a la escuela, sufre acoso y vuelve a casa (con algunas paradas en la pizzería). Nada de entusiasmante. Además, algunos recursos empleados por el protagonista para convencer a su novia de que grabe un vídeo en el cual casi acaba muerto por los acosadores, o a su madre que no se preocupe por su cara hichada, parecen un poco ridÍculos. Los directores tuvieron otras ideas geniales, pero prefiero hablar de ellas en el siguiente apartado;
ü  La trama se basa, fundamentalmente, en prejucios y clichés:
  •         el protagonista es acosado porqué tiene el pelo rojo y por eso es llamado “zanahoria”;
  •         el acosador es el mejor en todo, amado por los profesores y por sus padres (y por la mujer que limpia su casa) y nadie podría creer que es un tío violento;
  •         el padre del acosado es acosado también por su jefe, mientras el del acosador tiene una gran influencia política. Por así decirlo: de tal palo tal astilla;
  •        el pizzero es italiano y naturalmente del sur y vulgar, pero no solo eso; sino también es un fervoroso creyente, un gran seguidor de Maradona y, ¿por qué no?, además un mafioso.


 Creo que he dicho más o menos todo y seguramente sería superfluo decir que la película no me ha gustado en absoluto.
Pero todavía tengo una pregunta: ¿Es posible luchar contro algo, como el bullying, tras repetir miliones de veces la misma cosa, empleando la misma trama en libros, películas, etcétera, hasta volver locos a los acosadores, o es más efectivo, siempre hablando de ámbito artístico y no directamente afectivo como la intervención de padres y profesores, decir una cosa una sólo vez, pero de manera llamativa y original?
Y una última pregunta relacionada a esta peli en particular: ¿es posible combatir el bullying, que nace principalmente por culpa de prejuicios, empleando muchísimos prejuicios más (aunque sin mala intención)?
Espero que de “todos” los que lean esto, alguno pueda contestar a mis dudas. Si no, que las preguntas sean consideradas retóricas y ya está.


Quizás en la próxima entrada hable de mi experiencia personal con mi compañero Daniel y su encantadora familia...

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